Sábado 30 de Mayo de 2020
La extraordinaria imagen de la Luna que presentamos hoy, fue tomada por el astrónomo Rafael Rodriguez Morales el 9 de Noviembre de 2014, mientras probaba un nuevo tubo que había adquirido. La Luna es el objeto del cielo más venerado, ha influído tanto en las civilizaciones de la antigüedad como en las modernas. Pero presentemos a nuestro satélite natural con sus números, ya que más abajo trataremos la influencia lunar en las culturas y el comportamiento humano. La Luna tiene un diámetro ecuatorial de 3.476 Km, esto supone ser el quinto satélite más grande del Sistema Solar, sin embargo es el más grande respecto al tamaño de su planeta. Además, depues de Ío, es el satélite más denso. Se encuentra en relación sincrónica con la Tierra, en consecuencia siempre muestra la misma cara. A pesar de ser en apariencia el objeto más brillante en el cielo después del Sol su superficie es en realidad muy oscura, con una reflexión similar a la del carbón. Su prominencia en el cielo y su ciclo regular de fases han hecho de la Luna un objeto con importante influencia cultural desde la antigüedad tanto en el lenguaje, como en el calendario, el arte o la mitología. La influencia gravitatoria de la Luna produce las mareas y el aumento de la duración del día. La distancia orbital de la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que se vea en el cielo con el mismo tamaño que el Sol y permite que la Luna cubra exactamente al Sol en los Eclipses Solares Totales. La palabra que designa al satélite de la Tierra, Luna, procede del latín, que significa Luminosa.
Asimismo, la palabra griega Selene, ha perdurado en el idioma español y se utiliza como una forma culta para denominar por ejemplo la cartografía lunar utilizando el término selenografía. Las teorías sobre la formación de la Luna son diversas, pero los científicos validan la que se refiere a la Luna como un cuerpo resultante de la colisión entre dos cuerpos de similar tamaño. La distancia media entre la Tierra y la Luna es 384.400 kilómetros y varía durante la órbita. Esta distancia se utiliza como unidad para medir distancias desde la Tierra a otros objetos del Sistema Solar, como Cometas ó asteroides. Por su tamaño, la Luna es el quinto satélite del Sistema Solar, no obstante si se adopta como criterio de comparación el coeficiente de masas con su planeta resulta que Ganímedes es 1/12500 la masa de Júpiter, Titán es 1/4700 la masa de Saturno y la Luna es 1/81,3 la masa de la Tierra, de esta manera se podría considerar a la Luna un planeta y al sistema Tierra-Luna como un sistema planetario binario. Efectos como los Eclipses, la Luna Azul ó la Superluna, son previsibles mediante computación y esperados por los aficionados de todo el mundo para ser contemplados de manera especial. El 13 de noviembre de 2009, la NASA anunció el hallazgo de agua en la Luna. Cuando, el 9 de octubre estrelló la sonda LCROSS y su impulsor Centauro en el fondo del cráter Cabeus, en una operación que buscaba confirmar la presencia de agua. La colisión levantó una columna de material desde el fondo de un cráter que no ha recibido la luz del Sol en miles de millones de años. El agua que se levantó por el impacto podría llenar una docena de bidones de ocho litros.
Cuando Galileo Galilei apuntó su telescopio hacia la Luna en 1610 pudo distinguir dos tipos de regiones superficiales distintas. A las regiones oscuras las denominó Mares, y aunque muy pronto se supo que no contenían agua, han conservado sus nombres, tales como Mar de la Serenidad o Mar de la Fecundidad, pero en realidad son planicies con pocos cráteres. El resto de la superficie lunar es más brillante, y presenta regiones más elevadas con una alta densidad de cráteres, tales como Tycho y Clavius. En la superficie lunar también existen cadenas de montañas que llevan nombres como Alpes y Apeninos, igual que en la Tierra. Se ha observado impactos de meteoritos en la Luna, el 18 de junio de 1178, el monje británico Gervasio de Canterbury observó el impacto de un asteroide en la luna creciente, hecho que figura reflejado en las crónicas de la catedral de Canterbury. En 1866, el astrónomo irlandés John Birmingham escribió un ensayo sobre la desaparición de un cráter en la superficie de la luna y la subsiguiente aparición de una vasta nube luminosa en su lugar. El 17 de marzo de 2013, un meteoroide del tamaño de una roca pequeña impactó sobre la superficie lunar en el Mare Imbrium y provocó una explosión diez veces más brillante que las observadas hasta ese momento. El 11 de septiembre de 2013, un meteoroide con un diámetro comprendido entre los 0,6 y los 1,4 metros y un peso de 400 kg colisionó en el Mar de las Nubes a unos 65.000 km/h, provocando la explosión lunar más brillante registrada hasta ahora.
Desde tiempos inmemoriales la Luna sorprendió a la humanidad con su gran tamaño, sus ciclos orbitales y sus fases. Fue uno de los dos cuerpos más importantes junto con el Sol y su periodicidad sirvió como calendario en muchas culturas. En Irlanda se ha encontrado una roca fechada en hace 5.000 años que parece ser la representación más temprana de la Luna descubierta hasta la fecha. En muchas culturas prehistóricas y antiguas, la Luna era una deidad u otro fenómeno sobrenatural, por ejemplo los kiliwa creen que la Luna es una potencia masculina, y según su propia mitología el dios de la Luna Meltí fue el creador de todo el universo. Una de las primeras veces que se intentó ofrecer una visión racional y científica de lo que era la Luna fue en la Antigua Grecia. La propuso el filósofo Anaxágoras quien razonó que tanto el Sol como la Luna eran dos cuerpos gigantes, rocosos y esféricos y que la luz emitida por la Luna no era más que luz reflejada del Sol. Su idea ateísta del cielo fue una de las causas de su encarcelamiento y posterior exilio. En la Edad Media, antes de la invención del telescopio, cada vez más gente fue reconociendo que la Luna era una esfera ya que se creía que tenía que ser perfectamente lisa. En 1609, Galileo Galilei observó por primera vez la Luna con telescopio y afirmó, en su libro Sidereus Nuncius, que no era lisa ya que tenía cráteres. Más tarde, también en el siglo XVII, Giovanni Battista Riccioli y Francesco Maria Grimaldi trazaron un mapa de la Luna y dieron nombre a muchos de esos cráteres, nombres que se mantienen hoy día.
Se eentiende al nombre de Efecto Lunar, a la extendida creencia de que los ciclos de la Luna tienen alguna influencia en el comportamiento humano. Sin embargo, no hay evidencias científicas con relevancia estadística que confirmen mínimamente esta aseveración. Ni siquiera el ciclo menstrual humano, cuya duración de 28 días coincide sensiblemente con el ciclo lunar, presenta la menor correlación estadística en su distribución en la población femenina con las fases de la Luna. En esta misma línea, también se han difundido disciplinas como la agricultura biodinámica, que pretenden obtener supuestos beneficios en las cosechas coordinando los momentos de plantación o de recolección con determinadas fases de la Luna. Se ha confirmado científicamente, después de muchísimos años de especulaciones al respecto, que hay una correlación entre las fases de la luna y los ritmos biológicos del ser humano durante el sueño. Un grupo de científicos suizos observó que durante la Luna llena, las ondas delta del electroencefalograma se reducían un 30 por ciento durante el sueño. Desde la misión del Apolo 17 en 1972, ha sido visitada únicamente por sondas espaciales no tripuladas, en particular por el astromóvil soviético Lunojod 2. Desde 2004, Japón, China, India, Estados Unidos, y la Agencia Espacial Europea han enviado orbitadores. Estas naves espaciales han confirmado el descubrimiento de agua helada fijada al regolito lunar en cráteres que se encuentran en la zona de sombra permanente y están ubicados en los polos. Se han planeado futuras misiones tripuladas a la Luna, pero no se han puesto en marcha aún. Detalles técnicos.
Fotografía Original
Crédito: Rafael Rodriguez Morales / Sky & Photo Astrophotography
Nombre | Magnitud | Datos |
Luna | -12.6 | LRO |