Domingo 31 de Mayo de 2020
Esta imagen dramática de nubes cósmicas, localizadas en la Constelación de Orion, revela lo que parece ser una cinta ardiente en el cosmos. Este resplandor naranja representa una luz tenue que procede de granos de polvo interestelar frío, en longitudes de onda demasiado largas para que los ojos humanos puedan verlas. La observación de APEX muestra que las nubes de gas y polvo interestelar son la materia prima de la que están hechas las estrellas. Pero estos pequeños granos de polvo bloquean nuestra visión de lo que hay dentro y detrás de las nubes, al menos en longitudes de onda visibles, lo que dificulta la observación de los procesos de formación de estrellas. Es por eso que los astrónomos necesitan utilizar instrumentos que puedan ver en longitudes de onda submilimétricas, que en lugar de bloquear la luz, los granos de polvo brillan debido a sus temperaturas de unas pocas decenas de grados por encima del cero absoluto. El telescopio APEX con su cámara submilimétrica LABOCA, ubicada a una altitud de 5.000 metros sobre el nivel del mar, situada en la meseta de Chajnantor en los Andes chilenos, es la herramienta ideal para este tipo de observación. La imagen muestra solo una parte de un complejo más grande llamado Nube molecular de Orion. Un rico crisol de nebulosas brillantes, estrellas jóvenes calientes y nubes frías de polvo, esta región tiene cientos de años luz de ancho y se encuentra a unos 1.350 años luz de la Tierra.
El brillo en longitud de onda submilimétrica que surge de las nubes frías de polvo se ve de color naranja en esta imagen y se superpone con una vista de la región tomada en la luz visible más familiar. La gran nube brillante en la parte superior derecha de la imagen es la popular Nebulosa de Orión Messier 42. Es fácilmente visible a simple vista como una estrella media ligeramente difusa en la espada de Orión. La Nebulosa de Orión es la parte más brillante de un enorme vivero estelar donde nacen nuevas estrellas, y es el sitio de formación masiva de estrellas más cercano a la Tierra. Las nubes de polvo forman hermosos filamentos, láminas y burbujas como resultado de procesos que incluyen el colapso gravitacional y los efectos de los vientos estelares. Estos vientos son corrientes de gas expulsado de las atmósferas de las estrellas, que son lo suficientemente potentes como para dar forma a las nubes circundantes esculpiendo las formas enrevesadas que se ven aquí. Los astrónomos han utilizado estos y otros datos de APEX junto con imágenes del Observatorio Espacial Herschel, para buscar protoestrellas en la región de Orión, una etapa temprana de la formación estelar. Hasta ahora se han podido identificar 15 objetos que parecían mucho más brillantes en longitudes de onda más largas que en longitudes de onda más cortas. Estos objetos raros recién descubiertos se encuentran probablemente entre las protoestrellas más jóvenes que se hayan encontrado, lo que acerca a los astrónomos a presenciar el momento en que una estrella comienza a formarse.
