Domingo 23 de Diciembre de 2018



Los observadores suelen pasar por alto el cúmulo estelar NGC 2100 debido a su proximidad a la impresionante Nebulosa de la Tarántula NGC 2070 y al súper cúmulo de estrellas R136. El gas incandescente de la Nebulosa de la Tarántula intenta atraer la atención en esta imagen. los colores brillantes corresponden a las partes exteriores de la nebulosa. Esta nueva imagen fue creada a partir de exposiciones realizadas a través de varios filtros de diferentes colores con el instrumento EMMI instalado en el New Technology Telescope de ESO, ubicado en el Observatorio La Silla, en la Región de Coquimbo en Chile. Las estrellas aparecen con sus colores naturales, mientras que la luz roja del hidrógeno ionizado y el azul del oxígeno, está superpuesta. Los colores que aparecen en las nebulosas dependiendo de las temperaturas de las estrellas que las iluminan. Las jóvenes y calientes estrellas de la Nebulosa de la Tarántula, agrupadas en el súper cúmulo RMC 136, se ven en la zona superior derecha de esta imagen, y son lo suficientemente potentes como para hacer brillar el oxígeno, visible como una nebulosidad azul en esta imagen. Debajo de NGC 2100, el brillo rojizo puede corresponder a la influencia ejercida por las estrellas calientes de RMC 136, o bien a que estrellas más frías y antiguas, capaces de excitar únicamente el hidrógeno, ellas son la influencia dominante en esta región.
Las estrellas que componen NGC 2100 son más antiguas y menos energéticas, y por lo tanto tienen poca o ninguna nebulosidad asociada a ellas. Los cúmulos estelares son grupos de estrellas que se formaron casi al mismo tiempo de una misma nube de gas y polvo. Las estrellas con mayor masa tienden a formarse en el centro del cúmulo, mientras que aquellas menos masivas dominan las regiones exteriores. Esto, unido al mayor número de estrellas concentradas en el núcleo, hace que el centro del cúmulo sea más brillante que los bordes. NGC 2100 es un cúmulo abierto, lo que significa que sus estrellas están unidas débilmente por la gravedad. Estos grupos tienen una esperanza de vida que se mide en decenas o cientos de millones de años, tras lo cual terminan dispersándose por la interacción gravitacional con otros cuerpos celestes. Los cúmulos globulares, aparentemente similares para el ojo inexperto, contienen muchas más estrellas antiguas y están unidos más fuertemente, por lo que alcanzan una vida mucho más larga, varios cúmulos globulares tienen una edad estimada similar a la del propio Universo. Así, mientras NGC 2100 podría ser mayor que sus vecinos en la Gran Nube de Magallanes, sigue siendo muy joven para los estándares de cúmulos estelares.
Las estrellas que componen NGC 2100 son más antiguas y menos energéticas, y por lo tanto tienen poca o ninguna nebulosidad asociada a ellas. Los cúmulos estelares son grupos de estrellas que se formaron casi al mismo tiempo de una misma nube de gas y polvo. Las estrellas con mayor masa tienden a formarse en el centro del cúmulo, mientras que aquellas menos masivas dominan las regiones exteriores. Esto, unido al mayor número de estrellas concentradas en el núcleo, hace que el centro del cúmulo sea más brillante que los bordes. NGC 2100 es un cúmulo abierto, lo que significa que sus estrellas están unidas débilmente por la gravedad. Estos grupos tienen una esperanza de vida que se mide en decenas o cientos de millones de años, tras lo cual terminan dispersándose por la interacción gravitacional con otros cuerpos celestes. Los cúmulos globulares, aparentemente similares para el ojo inexperto, contienen muchas más estrellas antiguas y están unidos más fuertemente, por lo que alcanzan una vida mucho más larga, varios cúmulos globulares tienen una edad estimada similar a la del propio Universo. Así, mientras NGC 2100 podría ser mayor que sus vecinos en la Gran Nube de Magallanes, sigue siendo muy joven para los estándares de cúmulos estelares.