Miercoles 3 de Mayo de 2017
Esta expansión cósmica de polvo, gas y estrellas abarca unos 6 grados en el cielo en la heroica Constelación de Perseo y contiene más de 10.000 veces la masa del Sol en material, principalmente gas y polvo. En la parte superior derecha de éste hermoso paisaje celeste, está el cúmulo de azuladas, jovenes e intrigantes estrellas de IC 348 y la vecina nebulosa Santo Volador. Abajo, otra región de formación estelar activa, NGC 1333 está conectada por oscuros y polvorientos carriles de polvo, en las afueras de la gigante Nube molecular de Perseo, aproximadamente a 850 años luz de distancia de la Tierra.
Otras nebulosas de polvo se dispersan en las proximidades del campo de visión, junto al débil brillo rojizo de gas hidrógeno. A diferencia de la Nube molecular de Orión, Perseo es casi invisible, exceptuando los cúmulos estelares de estrellas de baja masa, sin embargo, se vuelve brillante en longitudes de onda infrarrojas, el polvo cósmico tiende a ocultar a los telescopios ópticos las estrellas recién formadas y las protoestrellas formándose. Las protoestrellas se forman a partir del colapso por implosión de los densos núcleos incrustados en la polvorienta nube molecular. A la distancia estimada de la nube, este campo de visión mide casi 90 años luz. Detalles técnicos.
Otras nebulosas de polvo se dispersan en las proximidades del campo de visión, junto al débil brillo rojizo de gas hidrógeno. A diferencia de la Nube molecular de Orión, Perseo es casi invisible, exceptuando los cúmulos estelares de estrellas de baja masa, sin embargo, se vuelve brillante en longitudes de onda infrarrojas, el polvo cósmico tiende a ocultar a los telescopios ópticos las estrellas recién formadas y las protoestrellas formándose. Las protoestrellas se forman a partir del colapso por implosión de los densos núcleos incrustados en la polvorienta nube molecular. A la distancia estimada de la nube, este campo de visión mide casi 90 años luz. Detalles técnicos.
Crédito: Lynn Hilborn / Night Over Ontario Observatory