Sábado 22 de Abril de 2017
Aunque se parece a un robot, es el recinto que alberga uno de los telescopios auxiliares de 1,8 metros del Observatorio de ESO en Paranal, en el desierto chileno de Atacama. Los telescopios auxiliares están diseñados para ser utilizados para la interferometría , una técnica que en sincronía con las unidades del Very Large Telescope de 8 metros, permite hacer observaciones en muy alta resolución. Hay cuatro telescopios auxiliares en funcionamiento, cada uno equipado con un transportador que mueve el telescopio a lo largo de una pista para sincronizar con los telescopios grandes.
Para trabajar como un interferómetro, la luz que procedente de cada telescopio es conducida a un punto focal común mediante un sistema de espejos ubicados en túneles subterráneos. Por encima de este telescopio se ven la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes, galaxias satélites de nuestra Vía Láctea. Justo encima, ocupando casi todo el cielo, el centro arqueado de nuestra galaxia. En el sereno y oscuro cielo del sur, el ligero resplandor de la atmósfera se extiende sobre el horizonte.
Para trabajar como un interferómetro, la luz que procedente de cada telescopio es conducida a un punto focal común mediante un sistema de espejos ubicados en túneles subterráneos. Por encima de este telescopio se ven la Gran Nube de Magallanes y la Pequeña Nube de Magallanes, galaxias satélites de nuestra Vía Láctea. Justo encima, ocupando casi todo el cielo, el centro arqueado de nuestra galaxia. En el sereno y oscuro cielo del sur, el ligero resplandor de la atmósfera se extiende sobre el horizonte.