Martes 7 de Febrero de 2017
Los restos en expansión de una explosión de supernova en la Vía Láctea se muestran en esta imagen compuesta, del remanente de supernova G1.9 + 0.3. La imagen del Observatorio de rayos X Chandra se muestra en naranja y la imagen de radio de Very Large Array Telescope (VLA) es de color azul. Se estima que desde la explosión original de la supernova han transcurrido unos 140 años. Por lo tanto, éste es el remanente de supernova más joven conocido en nuestra galaxia, superando fácilmente el récord anterior de unos 330 años del Remanente de Supernova Cassiopeia A. La rápida expansión y la joven edad de G1.9 + 0.3 fue confirmada recientemente por la nueva imagen del VLA. La explosión de supernova no fue vista en luz visible hace unos 140 años debido a que se produjo cerca del centro de la Vía Láctea, y está incrustada en un denso campo de gas y polvo que no deja pasar la luz.
Esto hizo que la supernova brillase un billón de veces más débil en luz visible, que si hubiera sido en una zona despejada. Sin embargo, los rayos X y ondas de radio penetran fácilmente dentro de este denso polvo y gas para su observación. Los remanentes de supernova son causados cuando las capas externas de una estrella moribunda son expulsadas debido a una explosión y su onda expansiva choca con el material circundante, generando una envoltura de partículas de gas caliente y de alta energía que brilla intensamente en rayos X, ondas de radio y otras longitudes de onda. En el caso de G1.9 + 0.3, el material se expande hacia el exterior a una velocidad de casi 35 millones de millas por hora, o aproximadamente el 5% de la velocidad de la luz, una velocidad de expansión sin precedentes para un remanente de supernova. Otra característica de G1.9 + 0.3 es que ha generado los electrones más energéticos jamás vistos en un evento de éste tipo.