Domingo 31 de Enero de 2016
SNR G299.2-02.9 es un intrigante remanente de supernova se encuentra a unos 16.000 años luz de distancia de la Tierra, dentro de la Vía Láctea. La evidencia apunta a que G299 es los restos de un tipo de supernova, en una enana blanca que ha crecido lo suficiente como para causar una explosión termonuclear masiva. Es más vieja que la mayoría de los remanentes de supernova causadas por estas explosiones, a una edad de aproximadamente 4.500 años, G299 proporciona a los astrónomos una excelente oportunidad para estudiar cómo estos objetos evolucionan con el tiempo. También proporciona una pista sobre la explosión de una supernova del tipo que produjo esta estructura.
Esta imagen compuesta muestra G299 en luz de rayos X de Chandra, junto con los datos del satélite ROSAT en color naranja, que se ha superpuesto en una imagen infrarroja del Mycron All Sky Survey 2 MASS. La emisión de rayos X débiles de la región interior revela cantidades relativamente grandes de hierro y silicio, como se esperaba para un remanente de una supernova de tipo Ia. La capa exterior del remanente es compleja, con al menos una estructura de doble concha. Típicamente, una envoltura exterior tan compleja se asocia con una estrella que ha explosionado en el espacio, donde el gas y el polvo no se distribuyen de manera uniforme.
Como la mayoría de las teorías para explicar las supernovas de tipo Ia, asumen que se apagan en un entorno uniforme, estudios detallados de esta complicada capa exterior, deben ayudar a los astrónomos a mejorar su comprensión de los entornos en los que se producen estas explosiones. Es muy importante entender los detalles de las explosiones de tipo Ia, porque los astrónomos las utilizan como marcadores de milla cósmicas para medir la expansión acelerada del universo y estudiar la energía oscura. El descubrimiento de esta expansión acelerada a finales de 1990 llevó a la reciente adjudicación del Premio Nobel de Física.