Jueves 3 de Septiembre de 2015
Apodada
la nebulosa del Búho meridional, esta brillante esfera es una nebulosa
planetaria con un diámetro de casi cuatro años luz. Su nombre informal
está ligado a su prima visual del hemisferio norte, la nebulosa del
Búho. ESO 378-1, que también está catalogada como PN K 1-22 y como PN
G283.6+25.3, se encuentra en la constelación de la Hidra. Si lo
comparamos con la duración de la típica vida estelar, varios miles de
millones de años, ESO 378-1 como todas las nebulosas planetarias, es un
fenómeno relativamente corto que dura solamente unas pocas decenas de
miles de años.
Las
nebulosas planetarias se crean a partir del gas en expansión expulsado
por estrellas moribundas. Aunque son objetos brillantes y fascinantes en
sus etapas iniciales de formación, estas burbujas se van apagando a
medida que el gas que las forma se aleja y la estrella central se
debilita. Para que se forme una nebulosa planetaria, la estrella
envejecida debe tener una masa de menos de unas ocho veces la masa del Sol. Las estrellas más masivas terminan sus vidas de manera dramática,
explosionando como supernovas. A medida que estas estrellas menos masivas
envejecen, empiezan a dejar sus capas exteriores de gas a merced de los
vientos estelares.
Cuando la mayoría de estas capas se han disipado, el núcleo estelar caliente restante empieza a emitir radiación ultravioleta que ioniza luego el gas circundante. Esta ionización provoca la expansión fantasmal de las capas de gas que comienzan a brillar con refulgentes colores. Cuando la nebulosa planetaria se ha desvanecido, el remanente estelar arderá durante mil millones de años más antes de consumir todo su combustible. Luego, se convertirá en una pequeña pero muy densa y caliente enana blanca que, lentamente, se enfriará a lo largo de miles de millones de años. De hecho, dentro de varios miles de millones de años, el Sol producirá una nebulosa planetaria y luego también pasará sus años crepusculares como una enana blanca. Las nebulosas planetarias desempeñan un papel crucial en el enriquecimiento químico y la evolución del universo. Devuelven al medio interestelar el material de las estrellas, en las que se han creado nuevos elementos como carbono y nitrógeno, así como otros elementos más pesados. De este material pueden surgir nuevas estrellas, planetas y con el tiempo, incluso vida. De ahí la famosa frase del astrónomo Sagan: "Estamos hechos de materia que procede de las estrellas".
Cuando la mayoría de estas capas se han disipado, el núcleo estelar caliente restante empieza a emitir radiación ultravioleta que ioniza luego el gas circundante. Esta ionización provoca la expansión fantasmal de las capas de gas que comienzan a brillar con refulgentes colores. Cuando la nebulosa planetaria se ha desvanecido, el remanente estelar arderá durante mil millones de años más antes de consumir todo su combustible. Luego, se convertirá en una pequeña pero muy densa y caliente enana blanca que, lentamente, se enfriará a lo largo de miles de millones de años. De hecho, dentro de varios miles de millones de años, el Sol producirá una nebulosa planetaria y luego también pasará sus años crepusculares como una enana blanca. Las nebulosas planetarias desempeñan un papel crucial en el enriquecimiento químico y la evolución del universo. Devuelven al medio interestelar el material de las estrellas, en las que se han creado nuevos elementos como carbono y nitrógeno, así como otros elementos más pesados. De este material pueden surgir nuevas estrellas, planetas y con el tiempo, incluso vida. De ahí la famosa frase del astrónomo Sagan: "Estamos hechos de materia que procede de las estrellas".
Crédito: ESO
Nombre | RA | DEC | Magnitud | Datos |
ESO 378-1 / PN K 1-22 / PN G283.6+25.3 | 11:26:43.7671247699 | -34º 22' 11.178770560'' | V = 17.4 | Simbad |