Lunes 26 de Enero de 2015
Las
observaciones con el Observatorio de rayos X Chandra han revelado una
enorme nube de gas calentada a varios millones de grados en una galaxia situada a unos 60
millones de años luz de la Tierra. La nube de gas caliente es
probablemente causada por una colisión entre una galaxia enana y una
galaxia mucho más grande llamada NGC 1232. De confirmarse este
descubrimiento, sería la primera vez que una colisión se ha detectado
sólo en rayos X, y podría tener implicaciones para la comprensión de
cómo las galaxias crecen a través de colisiones similares.
Una
imagen que combina los rayos X y luz visible muestra la escena de esta
colisión. El impacto entre la galaxia enana y la galaxia espiral causó
una onda de choque que genera gas caliente con una temperatura de
aproximadamente 6 millones de grados.
Datos de rayos X Chandra, en púrpura, muestra el gas caliente que tiene una apariencia similar a los cometas, causado por el movimiento de la galaxia enana. Los datos ópticos del gran Telescopio del Observatorio Europeo del Sur revelan la galaxia espiral en azul y blanco. Fuentes puntuales de rayos X se han eliminado de esta imagen para destacar la emisión difusa. El gas caliente debe continuar brillando en rayos X por decenas a cientos de millones de años, dependiendo de la geometría de la colisión. La propia colisión debe durar unos 50 millones de años. Por lo tanto, la búsqueda de grandes regiones de gas caliente en las galaxias podría ser una manera de estimar la frecuencia de las colisiones con las galaxias enanas y comprender la importancia de este tipo de eventos para el crecimiento de las galaxias.
Datos de rayos X Chandra, en púrpura, muestra el gas caliente que tiene una apariencia similar a los cometas, causado por el movimiento de la galaxia enana. Los datos ópticos del gran Telescopio del Observatorio Europeo del Sur revelan la galaxia espiral en azul y blanco. Fuentes puntuales de rayos X se han eliminado de esta imagen para destacar la emisión difusa. El gas caliente debe continuar brillando en rayos X por decenas a cientos de millones de años, dependiendo de la geometría de la colisión. La propia colisión debe durar unos 50 millones de años. Por lo tanto, la búsqueda de grandes regiones de gas caliente en las galaxias podría ser una manera de estimar la frecuencia de las colisiones con las galaxias enanas y comprender la importancia de este tipo de eventos para el crecimiento de las galaxias.