Miércoles 2 de Enero de 2019

IC 426 es una nebulosa de reflexión ubicada en dirección a la popular Constelación de Orión. Las nebulosas de reflexión a menudo lucen un color azulado fantasmal porque reflejan la luz dispersa de las estrellas brillantes cercanas, sin embargo la luz roja es absorbida por el polvo en la nebulosa. Una nebulosa de reflexión es una nube de polvo que refleja la luz procedente de una o más estrellas cercanas, en éste caso parece que es Mintaka, la estrella más occidental del Cinturón de Orion, la estrella que se piensa que es la responsable de iluminar la nebulosa IC 426. La energía de la cercana estrella es insuficiente para ionizar el gas que la conforma y así transformarse en una nebulosa de emisión, pero si es suficiente para permitir la necesaria dispersión de la luz que le haga visible. Como es luz reflejada, el espectro de la nebulosa es similar al de las estrellas iluminantes.
A menudo las nebulosas de reflexión y las de emisión aparecen juntas; un ejemplo clásico es la Nebulosa de Orión M42. Entre las partículas microscópicas responsables de la dispersión están los compuestos de carbono, por ejemplo, polvo de diamante, y compuestos de otros elementos como el hierro y el níquel. Los dos últimos a menudo están alineados con el campo magnético de la Vía Láctea y hacen que la luz dispersada esté ligeramente polarizada. Las nebulosas de reflexión son usualmente azules porque la dispersión es más eficiente para la luz azul que para la roja, es la misma razón que explica el color del cielo de la Tierra. Como cualquier nebulosa, se compone de gas, sobre todo hidrógeno y polvo. Contiene también elementos más pesados como oxígeno, silicio, carbono, hierro y níquel. Edwin Powell Hubble determinó la distinción entre nebulosas de reflexión y emisión en el año 1922.


IC 426 es una nebulosa de reflexión ubicada en dirección a la popular Constelación de Orión. Las nebulosas de reflexión a menudo lucen un color azulado fantasmal porque reflejan la luz dispersa de las estrellas brillantes cercanas, sin embargo la luz roja es absorbida por el polvo en la nebulosa. Una nebulosa de reflexión es una nube de polvo que refleja la luz procedente de una o más estrellas cercanas, en éste caso parece que es Mintaka, la estrella más occidental del Cinturón de Orion, la estrella que se piensa que es la responsable de iluminar la nebulosa IC 426. La energía de la cercana estrella es insuficiente para ionizar el gas que la conforma y así transformarse en una nebulosa de emisión, pero si es suficiente para permitir la necesaria dispersión de la luz que le haga visible. Como es luz reflejada, el espectro de la nebulosa es similar al de las estrellas iluminantes.
A menudo las nebulosas de reflexión y las de emisión aparecen juntas; un ejemplo clásico es la Nebulosa de Orión M42. Entre las partículas microscópicas responsables de la dispersión están los compuestos de carbono, por ejemplo, polvo de diamante, y compuestos de otros elementos como el hierro y el níquel. Los dos últimos a menudo están alineados con el campo magnético de la Vía Láctea y hacen que la luz dispersada esté ligeramente polarizada. Las nebulosas de reflexión son usualmente azules porque la dispersión es más eficiente para la luz azul que para la roja, es la misma razón que explica el color del cielo de la Tierra. Como cualquier nebulosa, se compone de gas, sobre todo hidrógeno y polvo. Contiene también elementos más pesados como oxígeno, silicio, carbono, hierro y níquel. Edwin Powell Hubble determinó la distinción entre nebulosas de reflexión y emisión en el año 1922.