Jueves 13 de Septiembre de 2018
La nebulosa azul de la imagen, con forma de calamar está catalogada como Outters 4, el nombre fue otorgado después de su descubrimiento en el año 2011, a cargo del astrónomo aficionado francés, Nicolas Outters. La misteriosa forma familiar aquí en la Tierra, es consecuencia de la expulsión de las capas exteriores de una estrella al final de su vida. Se piensa que la brillante estrella situada en el centro de la nebulosa es la estrella progenitora que dió forma a la fantasmal nube de gas ionizado, pero ésto no está confirmado.
La nebulosa azul de la imagen, con forma de calamar está catalogada como Outters 4, el nombre fue otorgado después de su descubrimiento en el año 2011, a cargo del astrónomo aficionado francés, Nicolas Outters. La misteriosa forma familiar aquí en la Tierra, es consecuencia de la expulsión de las capas exteriores de una estrella al final de su vida. Se piensa que la brillante estrella situada en el centro de la nebulosa es la estrella progenitora que dió forma a la fantasmal nube de gas ionizado, pero ésto no está confirmado.
El reciente descubrimiento indica que por su morfología bipolar se trata de una nebulosa planetaria, la explosión de una estrella agonizante de masa parecida a la de nuestro Sol. Una nueva investigación sugiere que Outters 4 está en realidad dentro de la región de emisión Sh2-129, que se ecuentra justo detrás, y que vemos en la imagen brillando en color rojo. Según esta investigación, el calamar cósmico representa una espectacular emisión de material impulsado por un sistema triple de estrellas masivas y calientes.
El grupo de estrellas está catalogado como HR8119, y son las que podemos ver cerca del centro de la nebulosa. Si es así, esta nebulosa calamar verdaderamente gigante, ocupa una gran superficie del cielo de la Tierra, unas 8 lunas llenas, y tendría físicamente unos 50 años luz de diámetro. El energético complejo, que ilumina el material con su violenta radiación ultravioleta, está ubicado en la Constelación de Cefeo y situado en la Vía Láctea a unos 2.300 años luz de distancia del Sistema Solar.
Para tomar imágenes de ésta interesante nebulosa, es necesario disponer de cielos muy oscuros, lejos de la contaminación lumínica. Se distingue por la emisión azul y verde procedente de los átomos de oxígeno doblemente ionizados. Esta imagen recogida en NOAO, se obtuvo con la vista de campo amplio de la cámara mosaico instalada en el telescopio Mayall de 4 metros, ubicado en el Observatorio Nacional Kitt Peak. La imagen se generó con observaciones en filtros de hidrógeno alfa vistos en color rojo y azufre SII en color azul.