Jueves 28 de Junio de 2018
La Nube Molecular de Tauro, en la constelación de Tauro, se encuentra a unos 450 años luz de distancia de la Tierra. Esta imagen muestra dos partes de una larga estructura filamentosa en el interior de esta nube, conocidas como Barnard 211 y Barnard 213. Se llaman así en honor al atlas fotográfico de Edward Emerson Barnard, en el que cataloga las zonas oscuras del cielo, titulado "On the dark markings of the sky", compilado a principios del Siglo XX. En luz visible, esas regiones aparecen como senderos oscuros, pobres en estrellas. Barnard acertó al argumentar que este aspecto se debía a la existencia de materia que provoca un oscurecimiento en el espacio. Hoy sabemos que esos senderos oscuros son en realidad nubes de gas y granos de polvo interestelar. Los granos de polvo son diminutas y finas partículas similares al hollín y la arena que absorben la luz visible, bloqueando nuestra visión del rico campo de estrellas que se oculta detrás de las nubes. La Nube Molecular de Tauro es especialmente oscura en longitudes de onda visibles, ya que carece de estrellas masivas que iluminen la nube tal y como ocurre en otras regiones de formación estelar como la Nebulosa de Orión M42.
Los propios granos emiten un débil brillo pero, debido a que son extremadamente fríos, con temperaturas de aproximadamente -260ºc, su luz solo puede verse en longitudes de onda mucho más largas que las de la luz visible, longitudes de cerca de un milímetro, Puede ver aquí una imágen en el rango milimétrico. Estas nubes de gas y polvo no son sólo un obstáculo para los astrónomos que desean observar las estrellas que se ocultan tras ellas. De hecho, son el lugar del nacimiento de nuevas estrellas. Cuando las nubes colapsan por su propia gravedad, se fragmentan, generando pequeñas condensaciones de gas en cuyo interior pueden formarse densos núcleos, dentro de ellos el hidrógeno en forma gaseosa se vuelve lo suficientemente denso y caliente como para iniciar reacciones de fusión, ha nacido una nueva estrella. El nacimiento de la estrella está rodeado por una densa capa de polvo que bloquea las observaciones en longitudes de onda visibles. Ese es el motivo por el cual las observaciones en longitudes de onda más largas, como el rango milimétrico, son esenciales para la comprensión de los inicios de formación estelar. La parte superior izquierda del filamento mostrada aquí es Barnard 211, mientras que la parte inferior derecha es Barnard 213. Detalles técnicos.