Vienes 8 de Junio de 2018
Todos los otros observadores de Auroras habían vuelto a casa. A las 03:30 en Islandia, en una noche tranquila del pasado septiembre de 2015, la mayoría de auroras se habían desvanecido. De pronto, sin embargo, del espacio surgió una nueva explosión de partículas que iluminó la atmósfera de nuevo. Esta vez, de manera inesperada, creó una forma sorprendente que recuerda a un fénix gigante. Con la cámara en la mano se hicieron dos rápidas fotografías del cielo seguidas de una tercera de la Tierra.
La montaña del fondo es Helgafell y el pequeño río en primer plano se llama Kaldi, ambos situados a unos 30 kilómetros al norte de Reikiavik, la capital de Islandia. Los observadores del cielo avezados notarán que justo por encima de la montaña, a la izquierda, está la Constelación de Orión, y justo por encima del centro se ve el Cumulo abierto Pléyades. La aurora duró tan sólo un minuto y se fue para siempre, seguramente olvidada como una aberración embellecida, si no hubiera sido captada en esta composición digital.