Lunes 12 de Febrero de 2018
HFG1 es una antigua nebulosa planetaria ubicada en la Constelación de Casiopea. Fue producida por una explosión en el sistema estelar binario V664 Cas. Este sistema estelar se mueve rápidamente a través de nuestra galaxia. La estrella se mueve hacia la esquina superior izquierda de la imagen. A medida que HFG1 se abre paso a través del medio interestelar, se produce un golpe de arco azulado, como cuando un barco avanza en el océano se produce una onda justo delante, y un rastro rojo de gas queda atrás, material que se despoja de la nebulosa debido a su velocidad. Una imagen profunda de campo amplio a la luz de las líneas de emisión H alpha, de la nebulosa planetaria HFG1 que rodea el sistema binario precatacísmico V664 Cas, ha revelado una cola de emisión de al menos 20' de largo, en un ángulo de posición de 316º. Este es un rastro de entre 5 y 10 años luz de material conmocionado, dejado atrás por V664 Cas, ya que expulsa la materia mientras atraviesa sus medios interestelares locales a una velocidad de entre 29 y 59 kilómetros por segundo. Esta imagen se obtuvo con la vista de campo amplio de la cámara mosaico en el telescopio de 4 metros Mayall en el Observatorio Nacional Kitt Peak. Se generó con observaciones en los filtros de hidrógeno alfa (rojo) y oxígeno [OIII] (azul).
Las nebulosas planetarias representan la etapa final breve en la vida de una estrella de tamaño mediano como nuestro Sol. Mientras consume el combustible restante en su núcleo, la estrella moribunda colapsa y se convierte de gigante roja a una enana blanca expulsando una gran parte de su envoltura exterior. Este material se calienta por la radiación del remanente estelar, generando energía y produciendo nubes brillantes de gas que pueden mostrar estructuras complejas, ya que la eyección de la masa de la estrella es desigual tanto en el tiempo como en la dirección. Existe una campo de nebulosas que se ocultan entre las estrellas, en medio de nubes de gas y polvo cósmico, que se parecen a burbujas desperdigadas por la Constelación de Casiopea. Todos estos tesoros ocultos del cielo son muy difíciles de localizar visualmente, incluso bajo cielos muy oscuros. Para realizar imágenes como la de arriba, es necesario disponer de un telescopio de tamaño medio y unas buenas condiciones climatológicas y ambientales. Y para descubrir su característico rastro dejado a su paso es necesario realizar largas exposiciones fotográficas con cámaras CCD aplicando filtros H alfa y Oxígeno. Las iniciales coinciden con los nombres de sus descubridores Heckathorn, Fesen y Gull.