Lunes 20 de Noviembre de 2017
En ésta excelente imagen del astrofotógrafo Roberto Colombari, vemos una nebulosa cuya forma nos es familiar, un aguilucho se distingue perfectamente en la nube designada como LBN 777. Forma parte de la nube molecular de Tauro, compuesta principalmente por polvo cósmico y gas molecular, tiene una densidad promedio de entre 100 y 1.000 partículas por centímetro cúbico. Éste tipo de nubes pueden perder su equilibrio debido a impactos gravitacionales, cuando éso sucede, su material puede contraerse formando zonas más densas, llamadas Glóbulos de Bock. los glóbulos se vuelven cada vez más densos a medida que crece la temperatura, y se pueden convertir en zonas donde nacen nuevas estrellas. Muy cerca, a unos 4.5 grados de distancia, se encuentra el famoso Cumulo abierto Pléyades, cuya brillante nube de reflexión también forma parte de la nube molecular de Tauro.
La nube molecular de Tauro es una de las más cercanas a la Tierra, y se sitúa a 400 años luz de distancia de nosotros. La parte externa del Aguilucho, no sólo está iluminada por estrellas jóvenes y calientes que la rodean, sino también por la misma Vía Láctea, por lo que puede ser observada como una nebulosa de reflexión muy ténue. Su parte interna más densa es bastante oscura, y está catalogada como una nebulosa oscura por Edward Emerson Barnard con el número 207. Ninguna luz de las estrellas puede penetrar en la zona más densa de esta nebulosa, donde presumiblemente nacerán nuevas estrellas. La Nebulosa Aguilucho es muy débil, por lo que solo se puede observar tomando fotografías de larga exposición. Detales técnicos.