Miércoles 26 de Agosto de 2015
Una
serie de cortas exposiciones a través de un filtro infrarrojo cercano,
fue obtenido de la Luna en fase menguante al amanecer de un 12 de Enero, 5
días antes de Luna nueva. Como puede verse en la imagen, el borde
completo del campo de visión es aproximadamente del mismo tamaño del
diámetro de la Luna. Varias exposiciones de 0.1 segundos fueron
efectuadas a través del filtro infrarrojo, con pequeños offsets que se
combinan, por lo demás, la imagen es en bruto. La parte derecha de la
imagen fue cortada para reducir el tamaño del archivo. La Luna es el
único satélite natural de la Tierra. Con un diámetro ecuatorial de 3.474
km.
La
Luna es el quinto satélite más grande del Sistema Solar, mientras que
en cuanto al tamaño proporcional respecto de su planeta es el satélite
más grande: un cuarto del diámetro de la Tierra y 1/81 de su masa.
Después del satélite de Júpiter, Ío, es además el segundo satélite más denso. Se encuentra en
relación síncrónica con la Tierra, siempre mostrando la misma cara hacia
el planeta. El hemisferio visible está marcado con oscuros mares
lunares de origen volcánico entre las brillantes montañas antiguas y los
destacados astroblemas.
A
pesar de ser en apariencia el objeto más brillante en el cielo después
del Sol, su superficie es en realidad muy oscura, con una reflexión
similar a la del carbón. Su prominencia en el cielo y su ciclo regular
de fases han hecho de la Luna un objeto con importante influencia
cultural desde la antigüedad tanto en el lenguaje, como en el
calendario, el arte o la mitología.
La influencia gravitatoria de la Luna produce las mareas y el aumento de la duración del día. La distancia orbital de la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que se vea en el cielo con el mismo tamaño que el Sol y permite que la Luna cubra exactamente al Sol en los Eclipses Totales de Sol . La Luna es el único cuerpo celeste en el que el ser humano ha realizado un descenso tripulado. Aunque el programa Luna de la Unión Soviética fue el primero en alcanzar la Luna con una nave espacial no tripulada. La hipótesis general hoy en día es que el sistema Tierra-Luna se formó como resultado de un gran impacto, un cuerpo celeste del tamaño de Marte colisionó con la joven Tierra, volando material en órbita alrededor de esta, que se fusionó para formar la Luna. Se cree que impactos gigantescos eran comunes en el Sistema Solar primitivo. Los modelados de un gran impacto a través de simulaciones computacionales concuerdan con las mediciones del momento angular del sistema Tierra-Luna, y el pequeño tamaño del núcleo lunar, a su vez demuestran que la mayor parte de la Luna proviene del impacto, no de la joven Tierra. Sin embargo, meteoritos demuestran que las composiciones isotópicas del oxígeno y el tungsteno de otros cuerpos del Sistema Solar interior tales como Marte y Vesta son muy distintas a las de la Tierra, mientras que la Tierra y la Luna poseen composiciones isotópicas prácticamente idénticas. El mezclado de material evaporado posterior al impacto entre la Tierra y la Luna pudo haber equiparado las composiciones, aunque esto es debatido.
La influencia gravitatoria de la Luna produce las mareas y el aumento de la duración del día. La distancia orbital de la Luna, cerca de treinta veces el diámetro de la Tierra, hace que se vea en el cielo con el mismo tamaño que el Sol y permite que la Luna cubra exactamente al Sol en los Eclipses Totales de Sol . La Luna es el único cuerpo celeste en el que el ser humano ha realizado un descenso tripulado. Aunque el programa Luna de la Unión Soviética fue el primero en alcanzar la Luna con una nave espacial no tripulada. La hipótesis general hoy en día es que el sistema Tierra-Luna se formó como resultado de un gran impacto, un cuerpo celeste del tamaño de Marte colisionó con la joven Tierra, volando material en órbita alrededor de esta, que se fusionó para formar la Luna. Se cree que impactos gigantescos eran comunes en el Sistema Solar primitivo. Los modelados de un gran impacto a través de simulaciones computacionales concuerdan con las mediciones del momento angular del sistema Tierra-Luna, y el pequeño tamaño del núcleo lunar, a su vez demuestran que la mayor parte de la Luna proviene del impacto, no de la joven Tierra. Sin embargo, meteoritos demuestran que las composiciones isotópicas del oxígeno y el tungsteno de otros cuerpos del Sistema Solar interior tales como Marte y Vesta son muy distintas a las de la Tierra, mientras que la Tierra y la Luna poseen composiciones isotópicas prácticamente idénticas. El mezclado de material evaporado posterior al impacto entre la Tierra y la Luna pudo haber equiparado las composiciones, aunque esto es debatido.