Viernes 15 de Mayo de 2015
La Nebulosa Omega Messier 17, una zona de formación estelar donde estrellas jóvenes
iluminan y esculpen una amplia fantasía pastel de polvo y gas, es
revelada en toda su gloria con ésta imagen. La Nebulosa
Omega, a veces llamada la Nebulosa Cisne, es una deslumbrante región de
formación estelar ubicada a unos 5.500 años luz de distancia hacia la Constelación de Sagitarius ó Arquero. Esta activa zona de formación
estelar de gas y polvo de unos 15 años luz de extensión, recientemente
generó un cúmulo de estrellas masivas y calientes. La intensa luz y los
fuertes vientos desde estos pesados infantes han tallado notables
estructuras en el gas y el polvo. Cuando es vista a través de
un telescopio pequeño, la nebulosa tiene una forma que a algunos
observadores les recuerda la última letra del alfabeto griego,
mientras otros ven un cisne con su distintivo cuello largo y curvado.
Este evocador hito cósmico incluye aún otros sobrenombres como la
Nebulosa Herradura y Langosta.
El astrónomo suizo Philippe Loys de Chéseaux descubrió la nebulosa aproximadamente en 1745. Charles Messier, el francés buscador de cometas la redescubrió independientemente unos veinte años más tarde y la incluyó como el número 17 en su famoso catálogo. En un telescopio pequeño, la Nebulosa Omega aparece como una enigmática barra fantasmal de luz colocada contra los campos de estrellas de la Vía Láctea. Los primeros observadores no estaban seguros si esta curiosidad era una nube de gas o un remoto cúmulo de estrellas demasiado tenue para ser definido. En 1866, William Huggins, a través del uso de un instrumento nuevo, el espectrógrafo astronómico, resolvió el debate al confirmar que la Nebulosa Omega era una nube de gas reluciente. Recientemente, los astrónomos han descubierto que la Nebulosa Omega es una de las regiones formadoras de estrellas más joven y masiva de la Vía Láctea.
El activo nacimiento estelar empezó hace unos pocos millones de años y continúa hasta hoy. El gas brillante mostrado en esta fotografía es sólo una burbuja en explosión desde el costado de una nube oscura y más grande de gas molecular. El polvo, tan prominente en esta fotografía, viene de los residuos de estrellas masivas calientes que han terminado su corta vida y expulsaron material de vuelta al espacio, así como los desperdicios cósmicos desde los que se forman futuros astros. A la izquierda de la fotografía una enorme nube de polvo con una extraña forma de caja cubre el gas brillante. La fascinante paleta de sutiles matices de colores repartidos por toda la imagen responde a la presencia de diferentes gases principalmente hidrógeno, pero también oxígeno y sulfuro, que brillan bajo la violenta luz ultravioleta irradiada por las estrellas jóvenes y calientes.
El astrónomo suizo Philippe Loys de Chéseaux descubrió la nebulosa aproximadamente en 1745. Charles Messier, el francés buscador de cometas la redescubrió independientemente unos veinte años más tarde y la incluyó como el número 17 en su famoso catálogo. En un telescopio pequeño, la Nebulosa Omega aparece como una enigmática barra fantasmal de luz colocada contra los campos de estrellas de la Vía Láctea. Los primeros observadores no estaban seguros si esta curiosidad era una nube de gas o un remoto cúmulo de estrellas demasiado tenue para ser definido. En 1866, William Huggins, a través del uso de un instrumento nuevo, el espectrógrafo astronómico, resolvió el debate al confirmar que la Nebulosa Omega era una nube de gas reluciente. Recientemente, los astrónomos han descubierto que la Nebulosa Omega es una de las regiones formadoras de estrellas más joven y masiva de la Vía Láctea.
El activo nacimiento estelar empezó hace unos pocos millones de años y continúa hasta hoy. El gas brillante mostrado en esta fotografía es sólo una burbuja en explosión desde el costado de una nube oscura y más grande de gas molecular. El polvo, tan prominente en esta fotografía, viene de los residuos de estrellas masivas calientes que han terminado su corta vida y expulsaron material de vuelta al espacio, así como los desperdicios cósmicos desde los que se forman futuros astros. A la izquierda de la fotografía una enorme nube de polvo con una extraña forma de caja cubre el gas brillante. La fascinante paleta de sutiles matices de colores repartidos por toda la imagen responde a la presencia de diferentes gases principalmente hidrógeno, pero también oxígeno y sulfuro, que brillan bajo la violenta luz ultravioleta irradiada por las estrellas jóvenes y calientes.
Fotografía original
Crédito: ESO
Nombre | RA | DEC | Datos |
NGC 6618 / Messier 17 / Collinder 377 / LBN 60 / CTB 52 / M 17 BD-16 4820 / NGC 6618 Horseshoe / Checkmark Nebula / Lobster Nebula omega Nebula / Swan Nebula / W 38 / C 1817-162 |
18:20:47.0 | -16º 10' 18'' | Simbad |